MARI MARIPOSA
(De Miss Cuentacuentos)
(De Miss Cuentacuentos)
Mari Mariposa era muy hermosa y muy ágil, le gustaba bailar y volar, no podía estar en un solo lugar mucho tiempo, se aburría muy pronto cuando tenía que quedarse por horas en su pequeña casita. Y así pasaba horas y horas volando y conociendo nuevos e interesantes lugares, donde conocía a muchas mariposas hermosas como ella y también a otros buenos insectos. Un día su mamá le dijo que por favor se quedara en casa pues estaba haciendo unos ricos dulces para ella y para sus primas que venían desde muy lejos a pasar el verano con ellas. Mari Mariposa aceptó quedarse pero no pasaron ni 2 horas y sus alas empezaron a aletear. El dulce ya casi estaba en su punto, pero el cielo estaba más azul que nunca, el sol le sonreía y la invitaba a su morada para regalarle un chispita de luz que alumbrara sus noches. Mari Mariposa no lo pensó mucho y salió, solo sentía en su corazón sus fuertes latidos, ella solo quería ser feliz y era feliz cruzando los prados, saltando de flor en flor, danzando con otras mariposas, descansado viendo el azul profundo del cielo. ¡Oh! Era tan feliz cuando las otras mariposas e insectos se reunían alrededor y ella les contagiaba su alegría y reían y reían casi sin parar, era un mundo de ensueño.
De pronto sintió un dolor inesperado, todo se tornó gris y se sentía caer. Pudo abrir los ojos y reconoció otros ojos enormes que no dejaban de mirarla y vio una mano que jaló feliz una de sus hermosas y coloridas alas, Mari Mariposa no entendía que pasaba, de pronto se dio cuenta que se había alejado mucho de casa, se adentró en un bosque desconocido y unos jovenzuelos la habían atrapado. Ella intentó volar y no pudo. Se pusieron a jugar con ella hasta que muy cansada se quedó dormida. Cuando despertó, estaba sola, recordó su casa, a su mamá, sus prados, su sol, su cielo, a sus primas con la que le gustaba jugar mucho en verano y el dulce con la receta de mamá a punto de estar casi listo, como pudo salió y voló a medio cielo...con mucho, mucho esfuerzo; cuando llegó a casa, el dulce estaba desparramado, la casa vacía, y una nota que decía: TE ESTAMOS BUSCANDO HIJA MIA, si llegas no salgas, te encontraremos. Te amamos. Mari Mariposa aprendió con mucho dolor que no debía desobedecer a su mamá, y que también tenía que aprender a encontrar muchas alegrías en casa, después de todo allí estaba la gente que la quería de verdad y que no dejaría que nadie más la lastimara. Lloró, lloró mucho, hasta quedarse dormida. Luego de varias horas, ya entrada la noche su mami y sus primas llegaron y la encontraron en su bella camita de ramitas de olivo, la dejaron descansar, y fueron a la mesa donde encontraron ricos dulces preparados por Mari Mariposa, con una gran nota que decía: Mamá te amo mucho, aprendí la lección, no me alejaré demasiado, ya entendí que estando aquí también puedo ser muy feliz, sin exponerme demasiado a los peligros de otros bosques.
Con el tiempo Mari Mariposa aprendió a volar otra vez, su alita quebrada sanó, le creció una nueva y muy fuerte y decidió poner una escuela de vuelo y de baile en su comunidad, para enseñar a otras nuevas mariposas a hacer cosas buenas y también felices y siempre les recordaba a las más pequeñas a obedecer a mamá y encontrar la felicidad en ellas y cerca de ellas. Colorín, colorado, este cuento se ha terminado.
De pronto sintió un dolor inesperado, todo se tornó gris y se sentía caer. Pudo abrir los ojos y reconoció otros ojos enormes que no dejaban de mirarla y vio una mano que jaló feliz una de sus hermosas y coloridas alas, Mari Mariposa no entendía que pasaba, de pronto se dio cuenta que se había alejado mucho de casa, se adentró en un bosque desconocido y unos jovenzuelos la habían atrapado. Ella intentó volar y no pudo. Se pusieron a jugar con ella hasta que muy cansada se quedó dormida. Cuando despertó, estaba sola, recordó su casa, a su mamá, sus prados, su sol, su cielo, a sus primas con la que le gustaba jugar mucho en verano y el dulce con la receta de mamá a punto de estar casi listo, como pudo salió y voló a medio cielo...con mucho, mucho esfuerzo; cuando llegó a casa, el dulce estaba desparramado, la casa vacía, y una nota que decía: TE ESTAMOS BUSCANDO HIJA MIA, si llegas no salgas, te encontraremos. Te amamos. Mari Mariposa aprendió con mucho dolor que no debía desobedecer a su mamá, y que también tenía que aprender a encontrar muchas alegrías en casa, después de todo allí estaba la gente que la quería de verdad y que no dejaría que nadie más la lastimara. Lloró, lloró mucho, hasta quedarse dormida. Luego de varias horas, ya entrada la noche su mami y sus primas llegaron y la encontraron en su bella camita de ramitas de olivo, la dejaron descansar, y fueron a la mesa donde encontraron ricos dulces preparados por Mari Mariposa, con una gran nota que decía: Mamá te amo mucho, aprendí la lección, no me alejaré demasiado, ya entendí que estando aquí también puedo ser muy feliz, sin exponerme demasiado a los peligros de otros bosques.
Con el tiempo Mari Mariposa aprendió a volar otra vez, su alita quebrada sanó, le creció una nueva y muy fuerte y decidió poner una escuela de vuelo y de baile en su comunidad, para enseñar a otras nuevas mariposas a hacer cosas buenas y también felices y siempre les recordaba a las más pequeñas a obedecer a mamá y encontrar la felicidad en ellas y cerca de ellas. Colorín, colorado, este cuento se ha terminado.
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