EL RATONCITO FITO
Fito el ratoncito, era el ratoncito más juguetón de todo el mundo, un ratoncito que todo el mundo quería porque era muy alegre, vivaracho, juguetón y muy cariñoso. Solo había algunas cosas que a Fito el ratoncito no le gustaba hacer y una de ella era: ir a su escuela. Todos los días su mamita demoraba mucho en despertarlo, era todo un trajín cambiarlo, se escondía por aquí y por allá, la hora del desayuno parecía interminable, él comía muy bien, pero se demoraba muuuuuuuuuucho, porque simplemente no le interesaba ir a la escuela; ya cuando estaban listos para salir, a Fito le daban ganas de ir al baño, o quería llevar muchos juguetes a la escuela. Su mamá lo convencía de que llevara solo uno o dos y que se los entregaría en la puerta de la escuela. De camino a la escuela Fito, se quedaba observando una y otra cosa, o ya se le antojaba que su mami le comprara algo para la lonchera, entre que su mami le explicaba que no porque ya le había preparado su rica lonchera, pasaban los minutos y ya se hacía tarde, a veces su mamita lo mimaba y le compraba sus quequitos que tanto le gustaban, uno para el camino y otro para la lonchera, pero eso no podía suceder siempre, porque sus papitos tenían que ahorrar mucho dinero para comprar en unos años una hermosa casa muy grande, porque Fito iba a crecer, y él quería su casa con un gran jardín, donde jugaría mucho con su mascota y donde plantarían el gran palto para su casita del árbol que tanto ansiaba. Lo cierto es que a Fito el ratoncito, no le gustaba su escuela, y le decía a su mamá que no le gustaban sus Misses, tampoco sus compañeritos, decía que allí no se sentía feliz, que no era divertido estar allí, y que la extrañaba mucho. Cada vez que llegaban a la escuela se corría y era muy difícil hacerlo entrar. Su mamita estaba muy preocupada por Fito, pues él era un ratoncito muy inteligente y no quería que dejara de aprender cosas nuevas, importantes e interesantes. Así que le luego de mucho tiempo de intentar que entre tranquilo, y cuando faltaba poco para terminar las clases, La Ratona Rita le prometió a Fito que el año que entrara lo iba a cambiar de escuela, pero que tenía que acabar muy bien este año, también le hizo entender que sus Misses era buenas y que sus compañeritos también, solo que en la escuela todos iban a aprender y todos tenían que hacerle caso a su maestra cuando tenía que dar una lección y por lo tanto ellos tenían que permanecer sentados y escuchar lo que la Miss enseñaba. Fito no quería entender porque a Fito no le gustaba estar en silencio, tampoco le gustaba estar quieto, él era muy curioso y le gustaba hablar como a su mami, y era muy fuerte y ágil como su papá, y quería ir de aquí para allá, además le parecía que su salón era muy pequeño, a él le gustaba aprender, pero sentía que sus Misses no lo escuchaban lo suficiente porque habían muchos alumnos en su salón y entonces la profesora Isis, que era una hermosa gacela, que era muy buena y paciente aunque quería no podía atenderlos por más que tenía a Miss Lila, que era una bella osa panda que también era buena y la ayudaba. El sí las quería mucho, pero cuando no podían estar atentas a lo que él también hacía extrañaba mucho a su Miss con nombre de flor que siempre estaba muy pendiente de lo que hacía él y sus ex compañeritos que eran pocos y que los abrazaba y les hacía entender las cosas con mucho cariño y con una voz suave que le hacía recordar a su mamá. Violeta, la Sra Buho de grandes ojos azules como el cielo, así se llamaba. Y también recordaba a Miss Filomena, una ardilla muy divertida y abrazadora. Y a Miss Eva, una tierna y paciente Gallina que era muy bailarina. Y Anita que lo recibía en la puerta de su nido anterior con una sonrisa y una voz tan dulce como la miel. Así que Fito le hizo una promesa a su mamita, le dijo que entraría a la escuela tranquilo, si ella lo acompañaba hasta la puerta de su saloncito y le daba un beso inmennnnnnnnnnnnnso que le dure hasta que ella lo recogía, porque a él le gustaba jugar mucho con ella porque era muy divertida, y le gustaba hablarle y escucharla sobre todo los nuevos cuentos que ella siempre le inventaba para él, la abrazó muy fuerte y le dijo con muchas lágrimitas acariciando su bella carita que él la extrañaba mucho porque la quería mucho y no quería que ella se quedase sola en la casita porque su papito regresaba muy tarde de trabajar y él quería acompañarla hasta que llegara para jugar juntos a la guerra de los besos. Su mamita la ratona Rita lo entendía y accedió y entonces Fito desde ese día que prometió que sí entraba a su colegio más tranquilo y contento porque le encantaban los besos de mamá, (sobre todo los besos inmeeeeeeeeeeensos que le daba cuando lo dejaba en sus escuela y le recordaba lo mucho, lo mucho que ella lo amaba y lo mucho que se divertirían después de la escuela, viendo películas, comiendo las ricas cosas que mamita le preparaba y haciendo las tareas que dejaban las miss y a veces ayudándola con los deberes de casita)... Así pasaron los días y Fito ya iba a la escuela más tranquilo y más contento hasta que terminó con muy buenas notas y le hicieron una gran fiesta para despedirse de él, porque el siguiente año el iría a otra escuela.
Colorín colorado, este cuente se ha acabado.
Derechos reservados
Autora: Ketty Maritza Gómez Alarcón
Lima, Perú.
Colorín colorado, este cuente se ha acabado.
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